¿Cansado de arrear gatos? Guía para liderar equipos que no responden.
Recuerdo una llamada de un cliente. Un líder al que admiro por su visión y empuje. Su voz, sin embargo, sonaba agotada. “Estoy al límite”, me dijo. “El 80% de mis días se van en intentar que la gente haga lo que tiene que hacer. Es como arrear gatos”.
Esa metáfora no es un chiste. Es un diagnóstico.
Si alguna vez terminaste el día con esa misma sensación, el problema no es tu equipo. El problema es tu paradigma de liderazgo.
Mientras creas que liderar es controlar o mover a las personas como si fuesen piezas probando cada herramienta nueva, OKRs, metodologías ágiles, feedback, terminarás frustrándote. No porque sean malas, sino porque operás con un mapa viejo. Intentás usar un GPS mirando todavía la cartografía del siglo pasado.
El salto real ocurre cuando dejás de ser arriero y te convertís en arquitecto.
El arquitecto no empuja. Atrae.
No encierra. Diseña espacios.
No controla reuniones. Crea sincronización.
Observá esta tabla y decime, con honestidad, en qué columna pasás la mayor parte de tu tiempo.
Prácticas hacen la diferencia:
Propósito como imán. Definí 3 “Victorias Cruciales” que inspiren y guíen cada decisión.
Confianza estructurada. Diseñá canchas de juego claras, con autonomía real para decidir cómo ganar con líderes que no solo cuenten con la responsabilidad sino también con la autoridad y el poder necesarios para hacer que las cosas sucedan.
Rendición de cuentas. Creá métricas realistas y espacios para que las personas rindan cuentas de forma estructurada y sistemática.
Reuniones inteligentes. Usalas no para reportar, sino para eliminar juntos los obstáculos más importantes.
El primer paso es simple: en tu próxima reunión, no arranques hablando. Hacé una pregunta poderosa y escuchá. Ese gesto es el inicio de tu transformación.
Dejar el látigo. Dibujar planos. Pasar de arrear a diseñar el ecosistema donde la inteligencia colectiva florece.
Ese es el camino.