Profesionalizar es más que crecer: el paso que muchas empresas no ven venir

Cuando miro hacia atrás en este camino de consultoría , recuerdo a muchos fundadores de empresas que comenzaron su camino llenos de pasión y energía. Aquellos primeros años, en los que cada decisión se tomaba impulsivamente y cada logro se celebraba con gran entusiasmo. Sin embargo, llega un momento crucial en la vida de cualquier organización: el momento de  profesionalizarse. Y, curiosamente, es un paso que a menudo se pasa por alto, incluso cuando todo parece ir sobre ruedas.

La real necesidad de profesionalizarse

Uno de mis clientes, por ejemplo, fue una startup tecnológica que creció exponencialmente en sus primeros años. El fundador, un visionario, impulsaba todo a través de su intuición. Sin embargo, a medida que comenzó a sumar clientes y personal, la falta de estructura se volvió evidente. Los roles eran ambiguos, las decisiones se tomaban de manera reactiva y, lo peor, comenzaron a darse conflictos internos. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que profesionalizar no significaba perder su esencia, sino construir un camino que les permitiera sostener su crecimiento y mantener su identidad.


Pero, ¿Qué implica profesionalizarse realmente?

Cuando hablamos de profesionalización, me gusta explicarlo con la metáfora de un árbol en crecimiento. Al principio, el árbol es flexible, se adapta a su entorno y se expande en diversas direcciones. Pero, para que crezca de forma saludable y sostenible, necesita un tronco fuerte y raíces profundas. 

De esta manera, profesionalizar implica:

  1. Ordenar lo existente: reconocer todo lo logrado (que nunca es poco) y dar estructura a lo que, por lo general, fue construido de forma instintiva.

  2. Definir roles y responsabilidades: muchas personas se sorprenden al descubrir que asumen tareas que no les corresponden. Al definir con claridad cada rol, la eficiencia mejora y el ambiente se vuelve más colaborativo.

  3. Alinear estrategia y operación: es clave que el equipo visualice cómo sus acciones diarias impactan en la visión a mediano y largo plazo de la empresa. Este ejercicio transforma la forma en que las personas trabajan juntas, alineando sus esfuerzos hacia un objetivo común.

  4. Desarrollar una cultura organizacional: Algo que me apasiona es crear espacios donde las personas se sientan seguras para expresar sus ideas es fundamental. Fomentar una cultura de colaboración permite que todos se involucren, tomen decisiones, actúen con autonomía y se sientan parte del propósito de la empresa, asumiendo responsabilidades. Todo dentro de objetivos definidos y un esquema claro de rendición de cuentas.

¿Por qué cambiar? Un dilema habitual

Es comprensible que los líderes pospongan este paso hacia la profesionalización. He visto de cerca esta situación especialmente en empresas que han tenido éxito sin una estructura formal. Muchas veces, la inercia puede parecer más cómoda que levantar anclas y realizar cambios. Pero el costo de no profesionalizarse es mucho más elevado: tensiones internas, errores recurrentes y, en el peor de los casos, desmotivación del equipo.

Un caso que recuerdo especialmente fue el de una empresa familiar que tuvo éxito por décadas, pero que se cerró a dar El Paso. Cuando decidieron finalmente profesionalizarse, fue un camino tumultuoso, lleno de resistencias internas. Aprendieron que al hacerlo, lograron no solo mejorar su capacidad operativa, sino también preservar la esencia que había hecho grande a la empresa.

El acompañamiento de la consultoría: Más que una receta.

Mi objetivo como consultora de Okara es el de acompañar a las organizaciones en el proceso de profesionalización . No se trata de aplicar una fórmula mágica, sino de entender el momento específico de cada empresa y guiarlas. Cada situación es única, como cada líder y su equipo. Facilitamos conversaciones difíciles, ayudamos a identificar las áreas que necesitan atención y, sobre todo, diseñamos junto a ellos el futuro deseado de su organización.

Crecer es avanzar, pero profesionalizarse es garantizar que ese avance sea sostenible y coherente con la misión y visión de la empresa. Es un viaje que, aunque requiere esfuerzo y compromiso, vale la pena emprender. 

Como consultora, mi compromiso es apoyar a las empresas en esta travesía para que, a través de la profesionalización, no solo mantengan su rumbo, sino que también fortalezcan sus raíces y se preparen para los desafíos del futuro. Cada paso hacia la profesionalización es un paso hacia un futuro más brillante y alineado con sus valores fundamentales. ¿Estás listo para dar ese mejor siguiente paso para tu organización?


Lourdes Alarcón

Egresada de la carrera de Contabilidad de la Universidad Nacional de Asunción, Posgrado en Dirección Estratégica e Innovación de la Universidad de Belgrano - Argentina, Posgrado en Innovación Tecnológica Empresarial de la Universidad Americana. Amplios conocimientos adquiridos en Coaching Ontológico.

En la actualidad se encuentra brindando asesoramiento y acompañamiento estratégico a empresas com, Grupo Punto Farma, Mi Crédito S.A, Alemania Cell, Alto Group S.A, SC Institute del Colegio Santa Clara, Directora Ejecutiva y de TI, por más de 20 años dentro del Grupo

Salemma, Gerente Administrativo y Contable por 8 años en Vicente Scavonne. Destaca su capacidad de resolver problemas, su liderazgo participativo y sus habilidades de comunicación.

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