Cómo pasar de la empresa familiar a la familia empresaria
La evolución de una empresa familiar a una familia empresaria requiere de una mirada integral que entienda necesario un cambio de fondo y no de formas. Deben incluir lo objetivo –las estructuras, los procesos, las normas, etc– y lo subjetivo, es decir, las creencias y expectativas de las personas. En este artículo abordaremos cómo los órganos de gobierno de la familia y de la empresa pueden asistir a dar el mejor próximo paso de una organización familiar.
Diseño organizacional, integralidad y límites
Acordar que nadie está por encima de los acuerdos hechos como una institución es un camino complejo, pero también es propuesto naturalmente porque toda organización, más tarde o más temprano, encuentra que las lógicas que solían servirles ya no alcanzan. Puede ocurrir por:
Factores externos: Cambios en el mercado o el contexto socio productivo o político.
Factores internos: Por ejemplo, el crecimiento de la empresa o la incorporación de las nuevas generaciones de la familia.
En la dimensión interior el volverse una institución necesita al menos 4 condiciones:
1. Percibir una tensión real que justifique la necesidad del cambio.
2. Que el o los líderes tengan la apertura suficiente para reconocer la demanda de transformación.
3. Que existan nuevos desafíos que no puedan ser resueltos desde las lógicas tradicionales.
4. Contar con el soporte adecuado para implementar y sostener las propuestas de cambio.
Si se cumplen estas condiciones el próximo paso es poner a funcionar los órganos de gobierno, tanto de la empresa como de la familia. Veamos cómo y para qué.
La importancia de los órganos de gobierno en la familia empresaria
Los órganos de gobierno, tanto en la familia como en la empresa, permiten lograr autonomía a partir de objetivos, responsabilidades y límites claramente establecidos. Si funcionan correctamente, las conversaciones y las decisiones no se mezclarán, uno de los vicios habituales de las empresas familiares.
Existen 5 principales órganos de gobierno:
Consejo de familia
Asamblea de familia
Asamblea de socios
Consejo de administración
Dirección general
Veamos uno por uno.
Consejo de familia
Busca cuidar el clima relacional, la calidad de la comunicación y la armonía familiar, dirigiendo también las decisiones trascendentales sobre el patrimonio.
Se encarga de los temas críticos como la planificación de la sucesión, el ofrecimiento de desarrollo para integrantes de la familia, la propuesta de soluciones a conflictos internos, el diseño de futuro, entre otros.
Este órgano requiere de un consenso entre sus integrantes y es recomendable que tenga una buena relación con los accionistas de la empresa y el consejo de administración.
Asamblea de familia
Es un órgano netamente de carácter informativo, no decisorio. Está formado por cada integrante la familia, trabajen o no en la empresa familiar.
Este espacio de reunión está pensado para que todas las personas involucradas conozcan el desempeño y desarrollo del negocio para fortalecer un sentido de pertenencia.
Asamblea de socios
Es el órgano supremo de la empresa que funciona según los estatutos. En la mayoría de los casos, se reúne una vez por año, siendo muy importante que sea formal, transparente y eficaz. Entre sus atributos está el de aprobar las cuentas presentadas por el consejo de administración.
Cada socio tiene derecho a ser representado y formar parte de la asamblea independientemente de sus capacidades, formación o experiencia. Puede hacerlo en la asamblea ordinaria –un encuentro anual para revisar finanzas, repartir utilidades y elevar informes al directorio– o en la asamblea extraordinaria que se reúne para abordar asuntos de proyección como la transformación o disolución de la sociedad, las fusiones, la emisión de acciones privilegiadas o bonos, entre otros temas.
Consejo de administración
Es un órgano de la empresa y no de la familia. Confundir sus alcances puede ser peligrosos y se recomienda conformarlo con profesionales competentes, ya sean integrantes de la familia o no. Entre sus tareas está:
Diseñar su estructura organizativa y la frecuencia de reuniones
Definir la estrategia empresarial
Administrar la inversión de los accionistas
Determinar la asignación de recursos para la gestión de la empresa
Contratar, evaluar, supervisar y, de ser necesario, destituir al director general.
Desde Okara alentamos la presencia de profesionales independientes y consultores que no formen parte de la familia, pero que cuenten con el visto bueno del consejo de familia.
Dirección general
Este órgano de gobierno de la empresa busca cumplir con los presupuestos y sostener el negocio. Debe fomentar una cultura, proporcionar liderazgo, visión y alimentar un clima laboral positivo que atraiga a colaboradores de calidad en todos los niveles. Su misión más importante: desarrollar una estrategia para crear valor.
Está encargada de implementar fusiones, adquisiciones, desinversiones, y asegurar la operatividad de la empresa. En caso de que se trate de un grupo de empresas, tiene que formular y supervisar las principales políticas corporativas.
La dirección general debe estar abierta a asumir nuevas responsabilidades.
Cuáles son las barreras para desarrollar una cultura corporativa
Existen tres barreras habituales que impiden pasar a ser una familia empresaria y lograr órganos de gobiernos saludables. Todas exigen que las personas involucradas sean conscientes de cada espacio y no mezclen las conversaciones.
La primera barrera es un inadecuado desarrollo del ego de quienes lideran porque no pueden revisarse a sí mismas. En muchos caos, esto les lleva a confundir sus necesidades personales con las de la empresa.
La segunda barrera es poner en marcha los órganos de gobierno sin acompañamiento profesional. Muchas familias empiezan a reunirse tanto en el consejo de administración o en el consejo de familia sin tener procesos o metodologías apropiadas. Entonces, los temas repiten dinámicas del hogar y no se resuelven con claridad. La consecuencia es concluir que el órgano es inútil.
La tercera barrera es no tener en claro la diferencia entre la gestión y la dirección. La primera está a cargo de los ejecutivos y colaboradores, y no forman parte del temario de los órganos de gobierno. La segunda sí involucra a los órganos de gobierno, donde se tratan temas estratégicos, políticas y otros elementos más generales y fundamentales en el futuro de la empresa y de la familia.
Porque de eso se trata: de dar bienestar a cada ámbito y asegurar su futuro.